miércoles, 23 de junio de 2021

crítica festival Lekkuz Leku día 23 junio

Después de una frenética y preciosa semana en mi nuevo hogar, pero no por ahora Madrid, he decidido "acercarme" al festival "Lekuz Leku" organizado por "La FuNdicIOn" en la ciudad de Bilbao, ciudad que por cierto, nunca he visitado, por amor a la danza, porque he venido a esta hermosa ciudad, por la que guardaba grandes ganas de conocer, porque quiero rodearme más de danza de calidad, danza que aporta, que no tiene miedo a dañar. Y no se si ha sido precisamente lo que he encontrado hoy, pero si que se que quiero dejarme seducir por propuestas dramáticas diferentes a la escena en la que me he encontrado estos últimos años. Apostar y valorar el arte y apoyar eventos locales con buenas intenciones de movilidad cultural.

Lo cual han conseguido, ya que tras la primera conferencia, las dos autoras de la triología de "Historia de la danza contemporánea en España" he comprendido que es súper necesaria la función de la crítica de danza, labor que tras hablar con una de estas dos grandes mujeres, me he dado cuenta de que es una profesión que con el paso del tiempo se ha visto en extinción. El motivo? la falta de interes por el arte y concretamente la danza, ya que en mi opinión, en ocasiones ni los propios creadores valoran el trabajo de otros artistas, o en el peor de los casos, no valoran ni su propio trabajo, porque no tienen ningún tipo de profundidad artística, cosa que me he cansado de ver en la escena de la danza urbana comercial, baile de moda en la actualidad. 

Y por esto he decidido revivir mediante estos underground posts, o alternative journalism, la profesión de crítica de danza, ya que creo que tengo un pensamiento crítico muy desarrollado y me considero alguien crítica con el buen y mal trabajo, por lo que me encantaría poder continuar con esta crítica fuera de este festival juzgando "obras" de otrxs creadorxs de otras escenas, en concreto la danza urbana. 

Pero veo venir ciertos problemas, el primero es que al ser esta una escena en la que me encuentro involucrada, me es difícil expresar mi opinión sin verme completamente marginada, en un mundo donde los emojis de corazones y fuegos, sin ningún trasfondo inundan los comentarios de los posts de instagram de estos bailarines.


Volviendo al festival, Carmen Giménez Morte y Alicia Gómez Linares han sido las encargadas de abrir este festival por medio de una conferencia donde cada una de ellas explicaban el como de la producción de sus tres volúmenes sobre la Historia de la danza contemporánea en España.

Lejos de un clásico, "he venido aquí a vender mi libro", la experiencia de la charla fue un, hemos hecho esto porque nos apasiona nuestra historia y las historias de otrxs cercanxs, pero sobre todo, queremos que otras personas sigan este legado para así evitar que se repita la muerte de nuestro pasado. 

Incluso en cierto momento, tras las dos excelentes ponencias, y llegada la ronda de preguntas, un joven del público preguntó sobre los archivos de imágenes y vídeos que por extensión de palabras quedaron fuera de las ediciones, a lo que Carmen responde, animando a este joven a coger estos documentos que ella se ofrecía a regalarle y publicarlos, lo que me ha hecho entender que el máximo objetivo de estas personas es el impulsar el conocimiento sobre el arte de la danza.


Pasada esta primera hora la organización ha retirado al público para redistribuir el espacio escénico. Pasados unos minutos, un sonido de chelo ha inundado la sala, lo que hizo que dejase de ver el móvil en el sofá rojo de la sala, y buscase la procedencia de este sonido, y rápidamente pude ver una figura con una camisa blanca, pantalones y zapatos negros, y un pañuelo que podía ocultar su rostro, lo cual asocié rapidamente al diseñador y vanguardista del siglo XIX Martin Margiela, el cual tapaba la cara de sus modelos con la intención de no distraer la atención de lo verdaderamente importante, la obra. Este estaba acompañado de otro cuerpo, que se encontraba sentado en el sofá, ambos comenzaron a susurrar al oído de los espectadores, no sin antes agarrarse las caras y apoyar su mano sobre la del espectador, yo no tuve la suerte de ser susurrada por alguno de los dos, pero, si pude ver como un espectador se acercaba a una señora que tenía al lado a susurrarle algo al oído, no se si era parte de la obra o fue a ligar con ella, pero ocurrió en el espacio escénico así que debemos prestarle atención.


Ambos comenzaron a caminar hacia la sala de exposición donde se encontraba el tercer rostro tocando el chelo, ahora una de las figuras se encontraba en el espejo, y la segunda sentada entre las escaleras, lo que hizo que me sintiese intimidada a la hora de pasar por el lado para ir a mi sitio. Esta rotura entre el espacio escénico, y el patio de butacas, estudié en bachiller, que viene de las vanguardias del siglo XIX, la verdad es que es algo que me apetecía investigar en algún show propio, así que poder vivirlo como público fue muy enriquecedor, ya que pude observar como por el simple hecho de introduciré entre el público, a este le hacía gracia la acción que ejecutaba el interprete.

Ya situadas pudimos gozar de un show que mezclaba, poesía, con música y danza, además de contar con una escenografía interesante y muy concordante con la estética propuesta en los vestuarios, de Bárbara Díaz, Matthieu Saglio y Eneko Lorente, los cuales consiguieron que cada mínimo detalle estuviese relacionado con el eje temático de la obra: "el rostro". Gracias al uso de un proyector y tres telas de gasa blanca teñidas por la parte de abajo de azul consiguieron plasmar diferentes imágenes superpuestas, y por tanto desatinadas y algo borrosas de rostros, en diferentes dimensiones. Un buen e interesante uso de las nuevas tecnologías en la escenografía, menos por algunos inacertados destellos desenfocados, con un toque navideño, los cuales no tenían ningún contexto dramático y básicamente estaban por estar. Finalizando así con ciertas imágenes en movimiento de ventanas con un cierto estilo voyeur, las cuales consiguieron a través del espacio de las telas, dar la ilusión de que Bárbara se encontraba sobre un balcón proyectado. Un gran trabajo por parte de la compañía "FORMA PÓVERA".